La noche del 13 de Febrero no tenía ni idea de que estaba produciéndose el cruce entre el cometa C2018Y1 y la galaxia espiral NGC2903 situada en la constelación de Leo. Subí corriendo y no pude ni hacer flats, ni nada, así que hice lo que pude con las prisas que subí a la azotea. Son tomas de 20 segundos para evitar que saliese movido el cometa, dada la velocidad que llevaba. Y dados los cielos pésimos de la capital, demasiado que se percibe la galaxia.
Si Rafael Farfán no llega a avisarme me hubiera perdido el momento.
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