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domingo, 16 de abril de 2017

En Calar Alto (por dentro)

El pasado 8 de abril me desplazaba a Calar Alto aprovechando una oferta de la empresa Azimuth . El  verano pasado subí tres veces a Calar Alto desde mi localidad de veraneo con noches de poca luna y pude disfrutar de la calidad del cielo de este emplazamiento a 2200 metros de altura.

La oferta de la empresa era muy tentadora y a un precio muy bajo por lo que no me lo pensé y saqué la entrada al evento. Tras unas tres horas de viaje llegué al observatorio a eso de las 19h00.


Ya había unos pocos coches en el apacamiento de personas que esperaban el comienzo de la actividad. A eso de las 19h30 comenzó la actividad con la identificación de los asistentes y pasamos a escuchar la charla que impartió D. Nicolas Morales Palomino, astrofísico del CSIC, el cual nos habló del trabajo que realiza sobre cuerpos menores del sistema solar. Nos habló de cuerpos transneptunianos, de asteroides con anillos, de ocultaciones por asteroides y cuerpos transneptunianos, de impactos de meteoroides en la superficie lunar, en fin, de la ciencia que desarrolla en su lugar de trabajo.

La idea de la empresa es acercar la ciencia a la población y poner en valor las instalaciones que existen en Calar Alto y que realizan investigaciones de primer orden en el campo de la Astrofísica.

Posteriormente salimos a observar la luna y jupiter mediante grandes prismáticos.


Y seguimos con unas nociones de orientación astronómica.


El total de los asistentes estábamos divididos en unos pocos grupos para entrar en la cúpula solo un número pequeño de asistentes. Así que cuando le tocó el turno a mi grupo yo iba loco de contento. Por fin entraría en un observatorio profesional y podría admirar el equipamiento con el que trabajan los astrofísicos de medio planeta.


El objeto a observar visualmente con el telescopio de 1,23m era precisamente el terminador de la luna que esa noche estaba en una fase del 89%. La verdad que las tomas de varios segundos cogían tanta luz que parecía de día en vez de noche.

Y camino del observatorio solo podía sacar la belleza del paisaje desde Calar Alto con el cielo estrellado y las estribaciones de Sierra Nevada aún con nieve en sus cumbres.


Cuando llegamos a la cúpula del telescopio nos tocó esperar a que saliese el grupo anterior.


Allí oía quejarse a la gente del frio que hacía (unos 0º), para mi hacía una temperatura ideal y un seeing buenísimo.

Desde fuera se apreciaba la estructura del secundario de este telescopio reflector de 1,23m (no me imagino el tamaño del de 2,2 m y el de 3,5m). Este telescopio es el único que puede trabajar en visual, el resto solo admiten equipamiento electrónico para sacar imágenes.

Y por fín comencé a entrar en la cúpula.

Un telescopio enorme con toda la electrónica que lo maneja.


que visión de esa mole apuntando al cielo por una "pequeña" apertura de la cúpula.


El tamaño humano empequeñecido ante tal obra científica y toda la electrónica que acompaña a dicho instrumento de observación. Por supuesto todo está controlado desde un ordenador, permitiendo que se maneje todo a distancia sin necesidad de una persona en el propio observatorio.


Una vez fuera del observatorio se podía comprobar como las otras cúpulas realizaban trabajos de investigación al estar abiertas y apuntando para zonas donde no interfería el brillo lunar. La cúpula del centro era en la que estábamos observando la Luna.

Cuando terminó la sesión erá más allá de las 24h y solo quedaba despedirse agradecido del personal que había hecho esta visita posible y echar una última foto al cielo de la zona.


En fin, una experiencia que vale la pena vivir para todo aquel que ame la astronomía y quiera quitarse el gusanillo de comprobar como son los instrumentos que manejan los astrofísicos.

Mi más sincera enhorabuena a la empresa Azimuth por la organización y la gran idea de acercar este lugar emblemático a la población.


2 comentarios:

Rafa G. Farfán dijo...

Avisa la próxima vez que te enteres de algo así, porfa...!! :-)

José Mª Fernández dijo...

Ok!!